viernes, 3 de octubre de 2008

MANUEL MEDINA INSISTE EN PREGUNTAR AL CONSEJO SOBRE LA ACOGIDA DE INMIGRANTES

El eurodiputado socialista español Manuel MEDINA ORTEGA ha insistido hoy, en el Parlamento Europeo, en su pregunta oral al Consejo del pasado martes, a la que todavía no ha recibido respuesta, sobre la acogida e integración de inmigrantes en la Unión Europea.

La cuestión tiene ahora una gran urgencia debido a la tragedia que se está viviendo en aguas próximas a Canarias debido a la salida masiva de inmigrantes desde Mauritania, con cuantiosas pérdidas de vidas humanas.

En todo caso, el eurodiputado se ha congratulado por la participación de un representante de la Comisión Europea en la misión de urgencia que el Gobierno español ha enviado a Mauritania, y espera que las instituciones de la Unión colaboren con el Gobierno español y las autoridades mauritanas para poner fin a esta catástrofe humanitaria.

La crisis de los "cayucos" en el Parlamento Europeo

Los acontecimientos de los últimos años, con la multiplicación de guerras y actos de barbarie en todo el mundo han producido el efecto de anestesiar o encallecer la sensibilidad de la opinión pública europea. Los europeos nos hemos ido acostumbrando a ver en nuestros televisores, como si fuera una película de Hollywood, episodios de terror y violencia como los bombardeos sobre Afganistán e Irak, los atentados terroristas en Estados Unidos, España, Inglaterra, India, Israel, Palestina o Paquistán. Los asaltos a las verjas de Ceuta y Melilla fueron algo más espectaculares por el efecto visual de hormiguero que daban las imágenes tomadas por rayos infrarrojos.

La reciente oleada de "cayucos" con la llegada a Canarias de inmigrantes ilegales procedentes de Mauritania no ha producido todavía el efecto mediático revulsivo de esas otras tragedias humanitarias.

El gobierno español ha traído la cuestión a la Comisión y al Consejo, obteniendo ya las primeras promesas de ayuda de estas dos instituciones. Pero la tercera institución política, el Parlamento, todavía no ha colocado la cuestión en el centro de sus preocupaciones.

El autor de estas líneas planteó ya la cuestión mediante una pregunta oral al Consejo en el pleno del Parlamento en Estrasburgo a mediados de marzo, aunque sin obtener una respuesta satisfactoria. Durante el pleno del pasado 22 de marzo, en Bruselas, ha vuelto a plantear la cuestión y ha sido acompañado en sus gestiones parlamentarias por una delegación del Parlamento de Canarias que ha visitado a diferentes responsables del Parlamento Europeo. Finalmente, acabo de presentar una resolución de urgencia sobre esta cuestión, en nombre del Grupo Socialista, para el pleno de Estrasburgo de la primera semana de abril.

Aunque son el Consejo y la Comisión los que deben proporcionar a los gobiernos de España y de Mauritania la ayuda inmediata necesaria para poner fin a esta tragedia humanitaria, la movilización del Parlamento Europeo es un requisito indispensable para mantener la cuestión en la agenda política de la Unión Europea y obtener resultados a largo plazo desde el punto de vista político y financiero.

Ajustes en Italia

Silvio Berlusconi había cambiado el sistema electoral en plena etapa preelectoral para impedir el triunfo de la lista rival encabezada por el democristiano Romano Prodi. El resultado de este cambio fue justo el opuesto del que pretendía el antiguo primer ministro. Con una ajustada mayoría de votos, la coalición presidida por Prodi consiguió una sólida mayoría en la Cámara de diputados y los escaños suficientes en el Senado para poder gobernar.

Uno de los resultados más espectaculares del cambio electoral ha sido la elección de Giorgio Napolitano, antiguo parlamentario europeo, para la presidencia de la República. Napolitano es sólo el tercer presidente socialista de Italia, tras Saragat y el muy popular Sandro Pertini. La democracia cristiana ha dado seis presidentes y los liberales, uno, el economista Luigi Einaudi. Por su trayectoria personal y su amplia experiencia política, Napolitano será, sin duda, un buen presidente.

El cambio electoral tendrá importantes consecuencias, no sólo para Italia, sino también para la Unión Europea. Berlusconi había dado a la política italiana un marchamo nacionalista, defendido por los tres partidos de la coalición, su propia "Forza Italia", los neofascistas de "Alleanza Nazionale" y la "Liga Norte" de Umberto Bossi.

Prodi y Napolitano vuelven a la política italiana tras un periplo europeo, el primero como presidente de la Comisión Europea y el segundo como diputado europeo y presidente de la Comisión de asuntos constitucionales del Parlamento.

El cambio político italiano puede dar un nuevo impulso a la integración europea, no sólo resolviendo la asignatura pendiente de la entrada en vigor de la Constitución europea sino también abriendo nuevas vías, como el desarrollo de la tan necesaria política común de la inmigración.